50.1 Post haec Hannibal rem Nolanam in aliud tempus differendam ratus, Acerras petit, nullo negocio urbem capit diripitque. Maiore 10 deinde conatu Casilinum aggressusom. U locum ad nocendum Capue per opportunum, cum oppidanos Prenestinosque qui ibi praesidioprȩsideo U erant neque pollicitationibus neque denuntiatione periculi permouere posset, exiguam partem copiarum ad obsidendum oppidum reliquit, ipse reliquum exercitum in hyberna deducit. 2 Capuam autem locum statiuis deligit urbem amoenam et omni delitiarum genere abundantemhabundantem F S . Ibi miles assuetus sub diuo uitam agere, frigus famem sitim patienti animo tolerare, cum uariae species uolupatatum sibi quotidie offerrentur, breui ex strenuo ignauus, ex forti timidus, ex solerti iners mollisque euasit. 3 Corrumpunt enim blandae uoluptates omne robur animi indolemque uirtutis, ingenium labefactant, consilium eripiunt, quo quidquidem U perniciosius humano generi afferri potest?32Livio XXIII, 18. 4 Merito igitur Plato33La cita quizás provenga del Banquete de Platón. escam malorum appellat uoluptatem. Et in praesentibus rebus Campanae delitiae magis quam Alpium iuga quam armati Romanorum exercitus Poenis obfuerunt. 5 Nam una hyems segniter molliterque acta tantum ualuit ad extingendumextrahendum M extinguendum F R W uigorem animorum, ut milites principio uerisuerum U in campum progressi omnis uirtutis bellicae obliti uiderentur.
50.1 Después d’esto Hanníbal, determinado de diffirir el negocio de Nola para en otro tiempo, fue sobre Acerras y de ligero tomó la çibdad y la robó. Desde allí con mayor intento fue sobre Casilino, porque conosçía ser logar muy oportuno para dañar a Capua y, no podiendo conmover con ofreçimientos nin con menazas de peligro a los prenestinos que ende estavan en guarnición, dexó pequeña parte de sus compañas en el çerco del logar y él con toda la otra su gente se fue al aposentamiento de la ynvernada. 2 Y escogió la çibdad de Capua por logar más deleytable y más abondante de todo linaje de plazenterías do él estoviesse. Ende el guerrero, acostumbrado a bevir en lo descobierto y de sofrir con ánimo paciente el frío y la fambre y la sed, ofreçiéndosele de continuo diversas maneras de delectaciones, en breve tiempo, de valiente, se fizo covarde y, de fuerte, temeroso y, de solíçito, perezoso y tierno. 3 Ca las blandas delectaçiones corrompen toda la fuerça del ánimo y la inclinación virtuosa, y abaten el ingenio y quitan el consejo, y sobre estas cosas, ¿qué otro daño puede mayor acaesçer al linaje humano? 4 Por ende con razón llama Platón al deleyte çevo de los males. Assí que, en las cosas presentes, más dañaron a los carthagines las delectaciones capuanas que las cumbres de los Alpes y que los armados exércitos de los romanos; 5 y una ynvernada que se passó en floxedad y en terneza, pudo tanto abatir y apagar el vigor de los ánimos, que los guerreros salidos después al campo en el [174v,a] comienço del verano pareçían aver olvidado toda la virtud de la guerra.