64.1 Sed accidit res memoratu digna. Nam dum parati in armis signum dimicandi expectant, repente superuenit imber frequentibus procellis effusus, cuius tanta uis et asperitas fuit, ut cogeretur quisque militem in castra reducerededucere P . 2 Proximo quoque die in quem pugna dilata uidebatur, rursus in aciem utrisque exeuntibus similis tempestas exoritur, quae non minus quam superior Romanos pariter ac Poenos afflixit compulitque, ut instantis dimicationis obliti de salute tantum et fuga cogitarent. 3 Haec animaduertens Hannibal conuersus ad suos exclamasse dicitur, modo sibi mentem potiundae urbis Romae, modo facultatem non dari. 4 Id quoque turbauit Poenum, quod se tantis equitum peditumque copiis ex propinquo Romam urgente, supplementum in Hispaniam missum, et agrum in quo ipse constiterat longe maiore precio quam par erat emptum fuisse cognouit. Quare indignatione accensus argentarius, officinasargentarias officinas E F M P R S U W ciuium Romanorum per praeconeum uenire iussit. 5 Verum post haec siue animo reputans 15 quantae molis esset expugnare Romam urbem, siue inopiam frumenti metuens (decem enim dierum secum cibaria tulerat) castra mouere constituit. Itaque ex eo loco decedens ad lucum Feroniae se recipit ac templum, quod ibi opulentissimum fuisse tradunt, diripit pauloque post [117v] in Brutios Lucanosque contendit.
64.1 Mas acaesçió cosa mui digna de memoria, ca atendiendo ya en armas la señal de la contienda, a desora recresçió lluvia tan rebatada [176r,b] y tan rezia con terrible tempestad y con tanta fuerça y aspereza, que cada una de las partes fue costriñida reduzir su gente al real. 2 Luego otro día siguiente en que pareçía averse de pelear, pues aquel poco tiempo se avía dilatado, salidos de nuevo y puestos en az los unos y los otros, se levantó otra semejante tempestad de la del día passado, la qual no menos que la de antes affligió assí a los romanos como a los carthagineses y los compelió a olvidar la instante contienda para que solamente pensassen de se salvar y fuyr. 3 Viendo Hanníbal estas cosas, dizen que se bolvió a los suyos dando bozes que la una vez no tovo gana de aver a Roma y aquesta otra vez no se le otorgava facultad para la tomar. 4 Otrosí púsole turbación que, estando él con tantas compañas de cavallo y de pie en tanta çercanía, apretando la çibdad, embiavan los romanos gente en España para suplir el exército que allá tenían, y que supo como el campo en que él se aposentó se compró por mayor preçio de lo que la razón de su valer requería. Y d’esto indignado, el cambiador fizo mandar por pregón que se vendiessen las boticas de los çibdadanos romanos que allí tenían. 5 Assí que después d’esto Hanníbal, o considerando en su ánimo quand diffícile era tomar a Roma por fuerça y combate, o temiendo la falta de los mantemientos (ca él solamente veniera proveýdo por diez días), determinó mover el real y, partido de allí, fuese aposentar al luco o selva sagrada de Feronia y fizo robar el templo que dizen ser entonçes ende muy rico, y dende a poco fue camino a Abruço y de Lucania.